#PanamaPapers una reflexión

5 abril, 2016

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Desde el domingo último hemos sido bombardeados con una nueva telenovela sobre el sistema de servicios legales de Panamá; la de turno es la «revelada» por el Consorcio Internacional de Periodismo Investigativo (ICIJ), la cual tiene como génesis el robo de 2.6 Terabytes de información de la base de datos informática de la firma Mossack Fonseca. Esta nueva estratagema fue finamente orquestada con medios de todo el mundo que han bautizado a esta serie de dinero, evasiones y playas del trópico como ‘Panama Papers’ (los papeles de Panamá); y revela esquemas de movimiento de fondos a cuentas en paraísos fiscales utilizando sociedades anónimas panameñas y extranjeras, las cuales fueron creadas por la firma y vendidas a subsidiarias que revendían estas a sus usuarios finales.

Claro, este nuevo juego es el cíclico revelar de escándalos, que no lo son tanto, y de exageraciones que sirven para los intereses de dos grupos de presión: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Grupo de Acción Financiera (GAFI), perros de combate del club de países que buscan a toda costa preservar el monopolio de servicios financieros del mundo. Esto no pasaría a mayores si no fuese por la existencia de las redes sociales en donde hemos visto el peor lado de cientos, quizás miles de panameños que atacan vorazmente a su propio país, sus estructuras legales y que actúan como peones vociferadores de un juego de poder que va mucho más allá de su entendimiento. Peor que estos últimos, tenemos los mismos politiqueros que han salido a festinar de los despojos de Mossfon en aras de ganar unos minutos de atención pública.

Lo que le pasó a Mossack Fonseca representa un daño enorme al sistema global de servicios que ofrece Panamá; el que da el 40% de los ingresos al estado cada año, el que nos ha ayudado a ser el centro de banca que fuimos, y el centro de inversiones que somos. No se crean que el turismo y el canal dan tanto; esta era nuestra parte fuerte en la economía, lo que dudo que sea así desde el domingo.

Ahora alguno pensará que eso solo afecta a Mossack Fonseca y que el resto estarán seguros en sus torres de cristal; temo traerles malas noticias. Como este escándalo es llamado ‘Panama Papers’, se ha levantado con toda la intención, un espectro el cual busca decir que el sistema de servicios offshore de Panamá es malo y que este país es una gran lavandería de dinero. Cosa más lejos de la realidad, además de meras injurias sin fundamentos al observar el desmembramiento sistemático del centro bancario internacional hasta convertirse en el adefesio que es hoy; sin embargo este golpe es tan grande que ha impactado a todo el sector a la vez y solo significa la fuga masiva de clientes a otras jurisdicciones.

Claramente esto fue un ataque orquestado, nadie entra a un servidor y saca 2 Terabytes sin que suenen alarmas. Ese flujo de datos debió ser sustraído por alguien dentro de su organización y este, lo vendió a una serie de intermediarios que habrán valorado si el producto era bueno y; finalmente fue lanzado a los periodistas europeos que ya se cansaron de cubrir la eterna crisis de occidente con Rusia así como la ola de refugiados sin fin. Entonces pensamos, ¿quien gana y quien pierde con esto? Brillante pregunta. Quienes ganan son nuestros amigos de Delaware, Malta, Luxemburgo, Suiza, Liechtenstein, Andorra, Islas Vírgenes Británicas y, otros territorios aparentemente ‘libres’ pero que son del entero control de los amos de la OCDE y la GAFI, los cuales controlarán y manejarán nuevamente la hermosa cartera de clientes que necesiten Sociedades Anónimas a su antojo que habían tenido lejos por 89 años gracias a un pequeño país del centro de américa cuyo único pecado fue copiarse de la ley de sociedades de Delaware para hacer los que otros hacían, hacen y harán.

Por otro lado, pierde la economía de este país que no percibirá tales ingresos, lo que me hace intuir seriamente que el estado preparará un paquete de medidas para recuperar tales dineros perdidos. Recuerden que en este juego la casa siempre gana y sonríe. Aunque no creo que en el ‘aftershock’ inicial veamos alguna jugada suicida del gobierno central en el tema de ingresos, sino en la capitulación que ya le prepararon nuestros contendientes que andan por el mundo diciendo quién es malo y quién no. La ley de sociedades va a cambiar muy pronto, a cambio tendremos un instrumento que nos será lesivo a nuestros intereses y que no nos ayudará; sino que terminará de llenar de liquidaciones societarias al Registro Público y nos migrará el mercado a otras tierras más leales a la Mancomunidad Británica o a la Francofonía.

Mi reflexión final es, que una vez más el mundo se ha tragado el cuento de que un país es la cantina de Mos Eisley del sistema financiero global, gracias a paladines pagados y a mercenarios mediáticos que juegan al ritmo que les tocan en Ginebra. Ahora solo queda ver qué queda y cómo, si es que no nos fumigan en el camino, podemos recuperar la confianza de los inversores y cómo podemos ofrecer mejores productos para las necesidades de los mismos. Gracias por satanizar al sistema; otra vez.

Una respuesta to “#PanamaPapers una reflexión”

  1. Muy acertado Licenciado

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